(Por Carolina Papandrea/Ciudad Noticias): Hace dos años Bárbara Coirini y Gastón Bazet decidieron dejar atrás su vida en Casilda,un pueblo al sur de Santa Fe,para explorar el mundo sin pasaje de vuelta.
Rompiendo con la famosa “zona de confort” y a sólo unos meses de haberse casado, vendieron absolutamente todo lo que tenían, dejaron su mascota al cuidado de la familia y renunciaron, además de a sus trabajos, a su estilo de vida.
Barbi, que se había recibido hacía muy poco de farmacéutica y Gas, que además de jugar al fútbol llevaba adelante un negocio inmobiliario, decidieron dar un giro de 360 grados.
Así fue como en abril de 2018, con poco equipaje, para que el viaje fuera “más liviano”, llegaron al aeropuerto, con más dudas que certezas, y tomaron el primer vuelo de lo que sería la mayor de sus experiencias.
Aterrizaron en Estados Unidos, recorrieron la costa oeste, llegaron a Los Ángeles, y así comenzaba la aventura para “El mundo x dentro”. Apodo que encaja perfectamente con la pareja, que siempre está predispuesta a compartir vivencias y costumbres con todos aquellos que van cruzando en el camino.
Desde Australia hasta Argentina, con mate de por medio (subtitulo)
Viviendo en Sídney, desde agosto del año pasado, donde llegaron con el objetivo -cumplido- de trabajar y juntar dinero, se sientan a escribir frente a la computadora. Seguramente con algo dulce hecho en casa para pasar el rato y escuchando el ruido del mar, de la tan famosa Tamarama Beach, cuentan cómo se sienten a pocos días del aniversario de este viaje.
Una travesía que venían analizando bastante tiempo antes de hacerse realidad. “En nuestros ratos libres investigábamos, no sólo los destinos, sino los transportes, las rutas, los papeles y permisos que íbamos a necesitar para ingresar algunos países y la forma de recaudar en el medio”, detallan tras contar que al momento de tomar la decisión, no dudaron ni un segundo.
Con un gran trayecto recorrido, llevan conocidos 35 países y 4 continentes. Y con eso, personas, hábitos, ruidos, olores y comidas típicas de cada lugar, que jamás olvidarán.
Pero no todo es color de rosa, si bien desde afuera nos invitan a disfrutar de paisajes paradisíacos y experiencias que contagian, tuvieron que aprender acostumbrarse a la incertidumbre constante.
Una situación, que describen como “muy rara”, pero que hoy en día es una de sus mejores anécdotas, tuvo lugar en el sudeste asiático.
“Cruzando de Laos a Vietnam nos tocó transitar el año nuevo Vietnamita, sin saber que para ellos se para el mundo durante 15 días. No había transporte público y casi todos los negocios estaban cerrados”, relatan, con una nota de entusiasmo. Tras contar que tuvieron que hacer “dedo”, entre risas, siguieron: “Al llegar a la frontera festejamos el cambio de año en un puesto policial. Nos compartieron comida y cerveza caliente. Brindamos juntos y nos dejaron dormir en el piso de la cabina”.
Como parte de esta nueva etapa, tuvieron que adaptarse a cambiar sus pensamientos en cuanto a los viajes, ya que lo que hacen no son unas simples vacaciones.
Por eso, resaltan la importancia de administrar bien el dinero y distinguir entre las prioridades y darse “un gusto”. Algo que quedó muy lejos desde que abandonaron Argentina.
“Nos fuimos adaptando a las circunstancias. A veces pasamos de alojarnos en hoteles hermosos, que conseguimos por canje, a dormir en el sillón de familias que nos abren las puertas de sus casas gracias al couchsurfing”, explican.
-El couchsurfing es una dinámica muy habitual en Europa y Estados Unidos, que consiste básicamente en alojarse de forma gratuita, en la casa de alguna persona, con el fin de un intercambio cultural-.
Y es que la vida de quienes dejan todo para emprender viaje es así: sortear el día a día con ansias, pero también mucha adrenalina.
Llegando al final de la entrevista, a la parte más “profunda”, y con una expresión de cariño por mi parte, ya que tuve la oportunidad de compartir unos días con ellos en su paso por Italia, quiero que sepan que detrás de cada foto y video que comparten en sus redes sociales hay una gran pasión por lo que hacen. Eso es lo que los diferencia de muchos otros viajeros.
A modo de cierre, pero sólo por ahora, ya que todavía les queda mucho por delante -más allá de que por el Coronavirus tuvieron que posponer algunos destinos-, sintetizan: “Nuestro mayor aprendizaje es que en la vida cotidiana le dábamos importancia a muchas cosas que en realidad no necesitábamos. Hoy en día podemos asegurar que aprendimos a vivir simple y a disfrutar mucho del presente”.