Un Pan de DIOS: Héctor Isidro, no solo el panadero del pueblo sino que tambien, un comerciante muy solidario.

(Por Ciudad Noticias): En nuestro segmento  #DomingoDeLectura  vale éste reconocimiento a un hombre que desde hace décadas apostó a Saavedra y puso en marcha su panadería.

Héctor Isidro supo marcar a distintas generaciones. Cuesta olvidar aquellas tardes de verano donde niños y adolescentes se sentaban en la esquina de su local para no solo jugar con sus hijos Raúl, Claudia, Gastón y Solange, también, había un motivo más que esperado, el de recibir el regalo de facturas frescas, recién sacadas de ese horno que también era motivo en eventos especiales como lo son las fiestas navideñas. Quién no recordará esos exquisitos pan dulce, los lechones con ese toque que solo el «Flaco» como todos les decíamos, sabía darle y se retiraba el pedido hasta las 21:30 hs,  a muy poco de la noche buena.

El «Flaco» Hector Isidro, supo poner también en lo más alto, la confitería de la Asociación Rural de Saavedra; era muy requerido para los eventos más especiales y quienes lo contrataban, sabía que de allí, saldrían con su panza llena y el corazón contento.

Éste gran panadero, súper solidario, siempre fue muy quisquilloso de la elaboración de sus productos, a tal punto que sus hijos, entendieron desde muy jóvenes, que los clientes debían irse conformes  para luego regresar y  seguir degustando de tortas, postres, las mejores masas finas, el pan de cada día y otras tantas elaboraciones.

Esa esquina con mucha historia, es recordada y nos genera nostalgia cuando el «Flaco» recogía su lapicera de la oreja y anotaba lo que uno llevaba en la libreta del cliente. Era un tipo que siempre estaba dispuesto a fiar porque estaba tan seguro que su mercadería era la mejor y que la gente cumpliría porque siempre le reconocían el trabajo.

La cuadra de la panadería y una enorme historia:  Hector siempre confió en sus hijos, sabía que recibieron la mejor enseñanza y uno de los que tomó la posta y supo transmitir lo mismo a quienes trabajarían con él a la hora de poner manos a la obra fue Raúl.

Exigente, detallista y cabrón, pero para quienes realmente querían aprender, le seguían al pie de la letra sus consejos para trabajar con velocidad y eso no era significado que el producto tenía que salir así nomas , había que trabajar rápido pero la mercadería tenía que ser la mejor. Y es así que desde esa famosa esquina, salieron varios maestros que luego se fueron desempeñando en otros lugares.

Varios recuerdos han quedado de ese maravilloso lugar. Todos sabían que después de una buena guerra de carnaval en pleno verano, llegarían las facturas que Solange, Claudia o el propio Héctor, les ofrecían a los jovencitos.

Con el correr de los años, Hector siguió sorprendiendo, pero siempre, con un perfil muy bajo. Comenzó a donar pan, facturas, pan dulce, y  más a quienes necesitaban porque la situación económica no era la mejor para muchas familias y fue así que a la fecha, el «Panadero del Pueblo», sigue mostrando su  lado más solidario. Nunca se olvidó de las escuelas, del Centro Educativo Complementario, de los clubes, Centro de Jubilados y otras tantas instituciones.

Hector, hasta tenía muy presente los cumpleaños de los abuelos que se encuentran en el hogar de ancianos. Regala desde tortas, facturas y cualquier otra elaboración para que los queridos viejos, puedan compartir un gran momento.

Héctor Isidro, (EL FLACO), es ésto y mucho más, el definitiva el «PANADERO DEL PUEBLO»….ES UN PAN DE DIOS.