Tienen enfermedades preexistentes o integran los «grupos de riesgo».
Desde que comenzó la cuarentena obligatoria, unos 800 presos de la provincia de Buenos Aires recibieron el beneficio de la prisión domiciliaria o la excarcelación debido a la pandemia de coronavirus.
Se trata de detenidos que se encuentran en lo que se considera «grupos de riesgo» debido a que padecen enfermedades preexistentes o bien por su edad.
«Se estimó oportuno adoptar medidas tendientes a colaborar en el objetivo primordial de reducción del riesgo de propagación del coronavirus en la población privada de la libertad en comisarías, alcaidías y unidades del Servicio Penitenciario (bonaerense)», afirmó al respecto el procurador general de la provincia, Julio Conte Grand.
De esos 800 presos que recibieron la domiciliaria o la excarcelación, más de 500 se hallaban alojados en las cárceles de la provincia, mientras que el resto estaba en algunas de las comisarías de la Bonaerense.
En ese sentido, fuentes judiciales le informaron a la agencia de noticias Télam que solo una porción de esos 500 presos salieron de la cárcel con algún tipo de restricción, como la tobillera electrónica, mientras que a los restantes solo se les constató el domicilio.
Desde que comenzó la cuarentena (20 de marzo) la justicia bonaerense recibió unos 2.000 pedidos de prisión domiciliaria o excarcelación debido a la pandemia de coronavirus, de los cuales el 40% obtuvo el beneficio, mientras que se estudian los casos del del 60% restante.
Según datos del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), en la actualidad hay 644 presos mayores de 65 años y más de 2.500 con enfermedades de alto riesgo, como tuberculosis, SIDA, diabetes, enfermedades respiratorias, tumores o afecciones que requieren diálisis.