Omar («Beto») Dello Russo, el hombre que supo diseñar máquinas para pacientes que estén en recuperación.

(Por Ciudad Noticias): En nuestro #DomingoDeLectura a la redacción de Ciudadnoticias.com, le resultó más que interesante destacar a un hombre que desde hace años, pensó en su gente, en la comunidad en si para poder darles una mejor calidad de vida.

Debido a la carencia en muchos pueblos de lugares adecuados para realizar distintos trabajos de recuperación muscular, el entrenador físico Omar («Beto») Dello Russo buscó la manera de poder brindarle a los habitantes de Saavedra una opción que cubra dichas necesidades. En 1975 decidió unirse al gimnasio de la Sociedad Italiana y a especializarse, principalmente, en el diseño de máquinas para poder trabajar con pacientes que estén en recuperación.

Debido a la carencia en muchos pueblos de lugares adecuados para realizar distintos trabajos de recuperación muscular, el entrenador físico Omar («Beto») Dello Russo buscó la manera de poder brindarle a los habitantes de Saavedra una opción que cubra dichas necesidades.

En 1975 decidió unirse al gimnasio de la Sociedad Italiana y a especializarse, principalmente, en el diseño de máquinas para poder trabajar con pacientes que estén en recuperación.

La preocupación del hombre querido por todas las generaciones que pasaron y las nuevas,  nació al ver que, cuando una persona tenía un accidente, en el pueblo no existía un lugar adecuado para poder brindarle las armas necesarias para superar esa dificultad.

Con el correr de los días el interés del entrenador comenzó a crecer, tanto, que incluso empezó a armar sus propias máquinas, teniendo en cuenta los movimientos naturales del cuerpo humano.

LA COMPRA DE APARATOS, SIEMPRE FUE ALGO DIFÍCIL.

El hombre que siempre mostró gran disposición de igual manera para con todos, era consciente que comprar un aparato se hacía difícil, ya que dicha institución no tenía las mismas posibilidades que en las ciudades grandes; no le quedaba otra que poner sus manos a la obra e improvisar . Le buscaba la vuelta, estudiaba mucho y después de elaborar un proyecto, comenzaba con el armado.

UNO DE LOS APARATOS MÁS IMPORTANTES QUE DISEÑÓ. 

Es como una especie de prensa con un motor que permite que el alumno mueva las piernas sin realizar un esfuerzo muy grande.

Ese aparato el querido «Beto», lo diseñó  especialmente para un chico que había quedado paralítico después de un accidente.

La finalidad del preparador físico, era que no se quede sin movilidad y con ese sistema, por lo menos, obtenía que las piernas no pierdan la circulación.

Para Dello Ruso, la satisfacción más grande es ver cómo sus alumnos mejoran notablemente la calidad de vida.

Para él no había nada más importante que eso. Por qué al gimnasio de la Sociedad Italiana, concurren chicos, adolescentes, adultos y hasta personas de la tercera edad. A todos los atiende por igual, pero cuando alguien tiene un problema de movilidad la atención es mucho más personalizada.

Gracias a su  gran compromiso, se ganó el cariño de los saavedrenses y localidades de alrededores, ya que  muchos lograron un adelanto positivo y eso es una alegría que a él lo  lleva a seguir luchando y a buscar la manera de encontrar nuevas opciones dentro del entrenamiento físico.

Además, que trata de integrar el trabajo físico con el espiritual, al aplicar técnicas provenientes del yoga y de la concentración mental, cuestiones que, combinadas, contribuyen a una más rápida recuperación del paciente.

ALGO POCO VISTO; 

Tanta es su dedicación, que quienes asisten al gimnasio conforman una gran familia en un marco permanente de respeto mutuo e integración.

La extensa aparotología está compuesta por más de 40 máquinas de sobrecarga, que potencian principalmente los beneficios de mantenimiento, prevención y rehabilitación.

También, y con la colaboración de la instructora Brígida Alvarez, se dictan clases de aerobics, step, localizada, aerobox y yoga, entre otras disciplinas.

Los que conocen el lugar , saben que es normal la concurrencia de personas de hasta 90 años; es más, muchos de esos  alumnos asisten en forma intermitente desde hace 20 años.

Reconocimiento

En 1998, el instructor Omar Dello Russo fue distinguido por la comunidad de Saavedra como «Ciudadano del Buen Hacer». El título fue promovido por el Concejo Deliberante del distrito, al resaltar el valor de su protagonismo institucional.

Por la historia

Inmigrantes italianos radicados en Saavedra, y tratando de paliar la nostalgia por su terruño se reunieron el 13 de octubre de 2008 para formalizar una comisión y así poder lograr el beneficio de una obra social.

El primer presidente de la flamante institución fue Nicolás Sabatini. Con el transcurso del tiempo llegaron a tener 2.000 asociados y por razones dispares de la masa societaria, el 17 de junio de 1917 se labró una nueva acta fundacional, encabezada por Bautista Mutti.

En 1927 se logró la construcción del actual edificio. Un año más tarde se le otorgó la personería jurídica.

Grandes veladas artísticas, eventos de distintas índole y variados festejos se llevaron  a cabo en dichas instalaciones, que eran las más apropiadas de la comunidad.

En 1975, durante la presidencia de Vicente Cappelleri, se pone en marcha la propuesta del joven instructor en sobrecarga ‘Beto’
Dello Russo, quien acompañado por un grupo de chicos de ambos sexos, fundaron un gimnasio con el propósito de integrar a los menores a través de la contención de las disciplinas deportivas.

Básquetbol, vóleibol, cesto, patín, yudo, campamentismo, pesas y lucha eran algunas de las disciplinas que comenzaron a dictarse.

El doctor Miguel Suarch acompañaba la iniciativa como asesor médico y mas adelante se le unió Ernesto Castelli.

Se beneficiaron a las escuelas primarias y secundaria por varios años, en la práctica de Educación Física.

El campamentismo cumplió un rol importantísimo, haciendo de la vida en la naturaleza, un medio eficaz para desarrollar en los más pequeños sentimientos nobles y serviciales, complementarios para una mejor educación, comportamiento en el hogar, la escuela y la iglesia.

Centenares de menores incursionaban así, a las patrullas «Ceferino Namuncurá» y «Laura Vicuña», siendo la principal líder la instructora Brígida Alvarez.

En 1996, el Concejo Deliberante del distrito declaró a este movimiento de Interés Público.

Por esto y mucho más, hay motivos suficientes para reconocer a un hombre sencillo, que para él, no hay diferencias de apellidos, económicas ni nada, en su lugar que tanto ama, todos, son iguales.