En horas y gracias al delivery, el reconocido corredor Pablo Giesenow pudo recuperar algo esencial para poder competir.
Pablo Giesenow es un ejemplo de superación: tras un accidente de tránsito le amputaron ambas piernas. Pese a todo, sus ganas de vivir y su pasión por el deporte fueron y son más fuertes que la adversidad física que le toca vivir.
Por eso, gracias a las prótesis que utiliza puede seguir entrenando. Fueron hechas a su medida por una marca alemana, que tuvo que sacarle el molde a sus piernas con yeso y adaptarlas en Córdoba, donde el deportista reside.
Pero el viernes fue a cenar a la casa de un amigo, en el Barrio Quebrada de las Rosas, y en un momento desde la vivienda se escuchó un fuerte ruido en la calle: salieron para ver qué pasaba y descubrieron que habían roto el vidrio delantero del auto de Pablo.
En minutos, desconocidos le habían sustraído una mochila chica, donde tenía los elementos para ir al gimnasio, y otra mochila de alta montaña, donde guardaba las prótesis especiales que utiliza para correr.
Horas más tarde se produjo otro milagro: el delivery de un pizzería las halló en la vía pública y las llevó a su lugar de trabajo, donde esperaron que las redes sociales dieran de la pérdida o el robo. Y allí se enteraron del percance sufrido por Giesenow.
Se pusieron en contacto con él y así el deportista de 44 años pudo recuperar la herramienta que le sirve para correr, para sentirse pleno, para seguir corriendo en competencias a lo largo y ancho del país.
Pablo es abogado y se desempeña como director de Protección de Derechos de Personas con Discapacidad en la Municipalidad de Córdoba.