Un grupo de economistas y nutricionistas de la UNS estimó la canasta del adulto mayor. Concluyó que la mayoría no llega a reunir esos ingresos.
Durante la primera semana de agosto, un adulto mayor que cobra la mínima no logró reunir ingresos suficientes para pagar una canasta de los bienes y servicios básicos que necesitan y que se adecuan a sus patrones de consumo, la que fue estimada por un grupo interdisciplinario de la UNS en un rango que va de los 29.158 a los 39.518 pesos.
Así, los $ 23.064,70 de haber mínimo que percibe alrededor del 60% de los beneficiarios del régimen jubilatorio general, el que surge de aplicar la fórmula consagrada por la ley 27.609, son claramente insuficientes para acceder a una Canasta Básica Total (CBT), que contiene, además de bienes alimentarios y no alimentarios, servicios.
“Los bienes que componen esta canasta son los mismos que consumen los más jóvenes. Sin embargo, en función de algunos requerimientos que fueron establecidos por los nutricionistas que trabajaron en este proyecto, las cantidades son diferentes, al tiempo que fueron excluidos o reemplazados algunos productos cuyo consumo no es recomendable desde el punto de vista de la salud, como los que tienen gran cantidad de sal o grasas, y se incluyeron más frutas y verduras”, explicó la economista Milva Geri, becaria del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS), y docente de los departamentos de Economía y Matemáticas de la UNS.
Si se toman exclusivamente los bienes alimentarios, la llamada Canasta Básica Alimentaria (CBA) para un adulto mayor fue calculada en $ 12.959. Dicha estimación considera 46 productos alimenticios que fueron seleccionados como resultado del trabajo conjunto entre economistas y nutricionistas.
El grupo alimentario de mayor peso dentro del costo total de la CBA fue el de los lácteos ($4.133), seguido de los huevos y carnes ($3.844), frutas y verduras ($2.699), pan y cereales ($1.033), azúcar y dulces ($585), infusiones ($494) y aceite y aderezos ($170).
“Quienes perciben únicamente el haber mínimo jubilatorio deben destinar un 56,2% de su ingreso exclusivamente a la compra de alimentos”, manifestó Gueri.
Diferencias con el INDEC
Según explicó la profesional, las Canastas que elabora el INDEC no son adecuadas para los adultos mayores, toda vez que el organismo estadístico define las cantidades de cada grupo alimentario que cubren las necesidades energéticas y proteicas para personas de entre 30 y 59 años, es decir, no contempla las necesidades nutricionales específicas de este segmento poblacional.
Además de Geri, del proyecto participaron Helena Briatore (Alumna Depto. Economía – UNS), Fiorella Mezzanotte (Alumna Depto. Economía – UNS), Facundo Durán (Becario IIESS-CONICET) Emiliano Gutiérrez (Becario IIESS-CONICET; Docente Depto. Economía – UNS), Mariana Inchausti (Docente Depto. de Ciencias de la Salud – UNS), Laura Vázquez (Docente Hospital Municipal de Agudos Dr. Leónidas Lucero), María Eugenia Elorza (Investigadora IIESS-CONICET, Docente Depto. Economía – UNS), Fernando Lago (Investigador IIESS-CONICET; Docente Depto. de Economía – UNS) y Nebel Moscoso (Investigadora IIESS-CONICET; Docente Depto. Economía – UNS).