Facundo Castro: las razones del allanamiento en la comisaría de Teniente Origone

Esta mañana comenzó un nuevo allanamiento al puesto de vigilancia de Teniente Origone, en el distrito de Villarino, en el marco de la causa que investiga la presunta  responsabilidad de agentes de la policía bonaerense en la desaparición del joven de 22 años que el 30 de agosto salió a dedo de Pedro Luro hacia Bahía Blanca sin permiso para circular en medio del ASPO por la pandemia, y fue detenido al menos dos veces por esa fuerza sobre la ruta nacional 3. El operativo se realiza con efectivos de Gendarmería, dado que la Policía Federal fue apartada del caso al igual que la Bonaerense. Entre los procedimientos realizados, pasaron luminol por todas las superficies donde en el primer operativo de julio pasado se habían encontrado manchas de sangre.

El nuevo allanamiento en el interior y exterior del destacamento apunta a “la búsqueda y recolección de toda clase de rastros (biológicos o muestras de ADN, huellas, cabellos y fibras, incluidos aquellos correspondientes a fauna cadavérica, sedimentos, micro algas, entre otros)”, según estableció el fallo de la Cámara Federal de Bahía Blanca. En esa resolución, a la que accedió Página/12, consta que una testigo informó sobre la desaparición de las ropas de Facundo aparecidas en esa comisaría.

Cerca de las 9 comenzaron a llegar al lugar la madre de Facundo, Cristina Castro, sus abogados Leandro Aparicio y Luciano Peretto y la abogada de la Comisión Provincial por la Memoria, Margarita Jarque. Participaron por parte de la querella de la familia la perita forense Virginia Creimer y el perito adiestrador de canes Marcos Herrero. El procedimiento ocurre a una semana del fallo de la Cámara Federal bahiense que dio un vuelco –esta vez sí– a la causa por la desaparición forzada y muerte de Facundo Castro, y es una de las decenas de medidas solicitadas por los fiscales Andrés Heim y Horacio Azzolin, y que la jueza del caso María Gabriela Marrón se había negado a implementar. De hecho, este allanamiento fue ordenado por la juez Walter López Da Silva, dado que Marrón se encuentra de licencia. En su fallo, los camaristas consideraron válidos los hallazgos del amuleto y el cabello pertenecientes al joven, así como descartaron que haya estado en General Cerri.

Es razonable preguntarse por qué volver allí luego de diez meses de los hechos, si acaso es posible que haya aún algo de interés para la causa en esa sede que nunca dejó de ser policial. Fuentes del caso habían anticipado que esta medida puede arrojar resultados que confirmen varios indicios ya existentes en el expediente y a la vez abran paso a la realización de nuevas y más profundas medidas de prueba. Entonces, ¿qué buscan?

* La Cámara rescató un elemento inédito del expediente judicial. «Una testigo de identidad reservada habría escuchado una conversación de funcionarios municipales de la zona indicando que en la comisaría de Origone se hallaron prendas de Facundo y que se ordenó que se las haga desaparecer, siendo una de esas prendas una gorra de Ford coincidente con la encontrada en la mochila de Facundo, una gorra d Ford que él usaba, regalo de la testigo D.G. (su novia) junto al resto de la ropa y los celulares en el cangrejal de Villarino Viejo», dice la resolución firmada por camaristas Leandro Picado y Pablo Larriera.

* Según el informe pericial emitido por la perito Creimer a fines del año pasado, es necesario recabar tomas de agua de ese sitio, dado que la causa de la muerte de Facundo fue asfixia por sumersión y la autopsia determinó que en su médula aparecieron solo 5 de las 17 especies de diatomeas presentes en el agua de Villarino Viejo, donde hallaron sus restos el 15 de agosto de 2020. «De las 15 especies encontradas en la médula de Facundo, sólo 5 coincidían con las 17 obtenidas en el agua colectada por la Policía Federal cinco días después del hallazgo y en una zona alejada del sitio donde fue encontrado el cuerpo de Facundo. En tanto que se obtuvieron datos fehacientes sobre la presencia de objetos perteneciente a Facundo en las dependencias policiales donde fue apercibido, sería procedente analizar también el agua de las dependencias, a fin de determinar la existencia de diatomeas en las mismas», había escrito Creimer en ese extenso informe.

* El fallo de la Cámara Federal bahiense dice que en el destacamento policial de Origone “se conjugan el hallazgo de un cabello que pertenecería a Facundo en el móvil que el 30/4/2020 era conducido por Alberto González (Toyota Hilux, número interno nro. 27.788, dominio PQH491); el amuleto ubicado en un montículo de basura en el sector trasero del destacamento, que según afirma la madre del joven, habría pertenecido a su hijo; sumado a que el último policía que tuvo contacto con él habría sido el nombrado González, quien en ese momento se encontraba a cargo de dicho Puesto de Vigilancia”.

* Del mismo modo rechazaron un procedimiento en la comisaría de Cerri al argumentar que «ningún elemento certero colectado en el marco de la investigación, salvo la declaración de la testigo H, conduce a situar a Facundo Astudillo Castro en dicha localidad (Cerri)». Esa era la base de la hipótesis del «accidente».

Los fiscales que investigan la desaparición y muerte de Facundo podrán realizar más medidas de prueba para profundizar la pista policial en el caso. Además del allanamiento, otro punto autorizado por la Cámara será el análisis del contenido de los teléfonos de los cuatro agentes que tuvieron contacto con el joven el 30 de abril, el día que partió a dedo desde Pedro Luro hacia Bahía Blanca. Este pedido apunta a dar, entre otros posibles hallazgos, con “las fotos originales de Facundo y de su DNI en Mayor Buratovich, a fin de poder extraer los metadatos que permitirían conocer, día y hora en que fueron tomadas y antena sobre la que impactó”, reza la resolución. También “las comunicaciones de consulta con la superioridad al momento de la demora de Facundo en la ruta (tanto en Mayor Buratovich como en Teniente Origone) y otras comunicaciones entre ellos y/ o con otros agentes”.

En el criterio de los jueces Larriera y Picado, lo planteado por los fiscales “resultan atendibles para poder reconstruir de una manera más precisa los hechos acaecidos en los distintos segmentos temporales transcurridos desde que Facundo tuvo el primer contacto con el personal policial”. A la vez, autorizaron a que la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) extraiga la información de esos aparatos y realice un análisis sistemático con las demás pruebas.

Estas acciones eran parte de una solicitud más amplia presentada por Heim y Azzolín en octubre, pero como la jueza la rechazó y obligó a los investigadores a recurrir, mediante una queja, a la Cámara Federal bahiense. Contra la opinión de la magistrada, y del fiscal inicial del caso Santiago Ulpiano Martínez que acaba de pedir ser inhibido de continuar en este caso, los camaristas destacaron que “el control judicial debe, en el caso, otorgar a los acusadores la posibilidad de comprobar o refutar sus hipótesis de trabajo, teniendo en cuenta particularmente la complejidad de la investigación en curso, porque los interrogantes enunciados por los Fiscales, motivadamente, los llevan a no descartar, de momento, su hipótesis delictiva”.

Los camaristas rechazaron el pedido de secuestro de cerca de medio centenar de teléfonos de otros policías asignados a las localidades de Pedro Luro, Hilario Ascasubi, Mayor Buratovich, Teniente Origone y Médanos, en el distrito de Villarino. La solicitud también alcanzaba al personal de la subcomisaría de General Cerri y de la Unidad de Prevención de la Policía Local en Bahía Blanca. En un patrullero de esta última, fue hallada una piedra turmalina de un collar que pertenecía a Facundo.

FUENTE; PÁGINA 12