Tras una reñida votación, el proyecto de legalización del aborto consiguió los votos necesarios en la Cámara de Senadores y se convirtió en ley.
El 30 de diciembre se convirtió en una fecha histórica para la historia de la Argentina. Luego de que en la Cámara de Senadores se viviera una intensa y reñida votación, se aprobó el proyecto de ley para la legalización del aborto. Hacía unos días, el mismo había obtenido la media sanción tras su tratamiento en Diputados y ahora fue finalmente aprobado luego de su debate en Senadores.
La iniciativa que se debatió en el Senado fue aprobada con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención y si bien generó mucha controversia, se sancionó por unanimidad el Plan de los 1.000 días para que se ponga en marcha el plan.
Después de más de dos años de debate, el Senado finalmente dio un paso fundamental para ponerle fin a la clandestinidad del aborto que hasta el momento, se cobraba miles de víctimas fatales que ingresaban a los hospitales con embarazos interrumpidos de forma casera y con infecciones severas.
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Un cambio clave
La balanza de los senadores se inclinó hacia el color verde después de que se hicieran algunos cambios referidos a las causales legales para practicar un aborto después de la semana 14 de gestación, entre las cuales se encontraban la violación y el “riesgo para la salud integral” de la mujer.
Por lo tanto, decidieron eliminar la palabra “integral” donde se listan las causales ILE y se establece que “no será punible el aborto practicado con el consentimiento de la persona gestante si estuviera en riesgo la vida o la salud de la persona gestante”.
Al realizar el cambio al momento de la reglamentación, evitaron que el proyecto del aborto legal tuviera que volver a ser discutido y en doce horas de debate llegaron a la conclusión de que la maternidad debe ser deseada y no una obligación o imposición para la mujer gestante.