Un vendedor ambulante fue condenado a ocho meses de prisión por decapitar a una perra pero no irá a la cárcel porque pidió perdón y dijo que estaba drogado.
La historia de Yuma, una perra callejera, se volvió viral el 21 de junio pasado después de que un grupo de vecinos hiciera una fuerte denuncia que involucra a un hombre que acusó estar “drogado” al cometer terrible aberración.
El hecho tuvo lugar en General Alvear, Mendoza, cuando un vendedor ambulante decapitó sin piedad a una perra llamada Yuna que además de ser hermosa, era muy cariñosa con la gente del barrio ya que vivía en la calle y todos le daban un poco de comer para que no la pasara mal.
El agresor, identificado como Rubén Eleize Leicoa, fue imputado por maltrato animal después de que los vecinos del lugar lo denunciaron por haber decapitado a la perra que terminó muriendo de la forma más salvaje.
El caso
En un juicio abreviado, la fiscal Ivana Verdún logró que el agresor admitiera su responsabilidad, el hombre pidió disculpas por lo sucedido y acusó haber estado “muy drogado” al momento de hacer lo que hizo con la perrita.
A pesar de que fue condenado a 8 meses de prisión, los mismos no serán efectivos debido a que el acusado no tiene antecedentes y al alegar un problema de adicción, tendrá que pagar con la justicia mediante terminar sus estudios primarios y además, realizar tareas comunitarias.
Según publicó TN, el abogado Oscar Mellado, de la Asociación Encuentro por la Vida Animal, cuestionó la condena y quedó realmente disconforme con la medida que se tomó en torno a la muerte de Yuma.
“Es una atrocidad. Según hemos sabido, la mayor parte de esta condena fue en realidad por infringir la cuarentena; y por matar a Yuma le han dado solamente un par de meses. Es una muestra del valor mínimo que le estamos otorgando a una vida”, expresó, contundente.
Fuente: TN