(Por Carolina Papandrea para Ciudad Noticias): Varada en Argentina, sin dar “positivo”, con la incertidumbre de no saber cuándo puedo volver a Italia. Hace dos semanas toqué suelo argentino, en uno de los primeros vuelos provenientes de Italia, después de que estallara la bomba por la rápida expansión del coronavirus.
Sin saber que mis vacaciones de quince días, para visitar a mi familia, se podrían transformar en una “pausa indeterminada” hasta volver a mi rutina, hoy soy una más de quienes no pueden volver a casa; Hablando en plural, el viaje de placer terminó en el fastidio que generan las aerolíneas con sus 0800 colapsados, por las consultas y la reprogramación de agenda, los vuelos cancelados, la falta de información y también la desinformación.
Es que este virus no sólo afectó a las moles de personas que perdieron la vida o resultaron infectados… como toda pandemia, entre el desconocimiento y la paranoia, está afectando económicamente al mundo, incluyendo las grandes potencias que no suelen “caer” tan fácil. Mientras tanto, en la cabeza de los que tenemos la esperanza de volver a casa rápido, surgen preguntas, sin respuestas, pero entre las dudas hay algo que tenemos bien claro:
¿Qué es lo que nos espera del “otro lado del charco”?
Calles vacías, aeropuertos casi cerrados, supermercados en donde la mercadería ya empieza a escasear, policías en las calles para limitar el tránsito de gente, un país que tendrá que volver activarse por su economía brutalmente golpeada y, sobre todo, familias enteras que cuentan los días para salir a la calle con la ilusión de volver a la vida normal.