La pericia se hizo sobre un móvil de la Policía Local, que había sido visto en una situación inusual en la zona donde se halló el cuerpo del joven.
Aun con la conmoción de haber constatado lo previsible, Pedro Luro se prepara para despedir a Facundo Astudillo Castro (22). Sus restos son esperados para antes del mediodía en la ciudad del sur del distrito de Villarino donde le darán el último adiós en una ceremonia íntima.
Desde la noche del miércoles, un grupo de vecinos inició una vigilia en cercanías de la ex estación de trenes que atraviesa la localidad. Allí donde el chico y sus amigos de «Jóvenes por la Memoria» se reunían y desde donde partieron las movilizaciones para pedir por su Aparición con Vida y justicia.
Con velas encendidas y pancartas fueron llegando de un lado y otro de la vía férrea y se instalaron a metros de la instalación que ya no se utiliza para recibir trenes y contiene una subsede del Consejo Escolar. A pocos metros detrás de un pared donde un grafiti con pintura amarilla aún reclama “Facu tiene que estar acá” junto a la cara del chico, vive su mamá.
Allí permaneció durante toda la jornada más triste de su vida Cristina Castro (42). La mayor parte la pasó sola, debido a que cumple con el aislamiento obligatorio, después de haber estado una semana en Buenos Aires.
Tras recibir el informe de la jueza de Bahia Blanca María Gabriela Marrón sobre la identidad de los restos hallados el 15 de agosto, la mujer reunió a los mejores amigos de su hijo y les transmitió el resultado. “Logramos traerlo a casa”, fue la frase que más repitió en ese encuentro lleno de dolor.
Por otro lado, en la tarde del miércoles se realizó la pericia al móvil 20610 de la Policía Local de Bahía Blanca, que fuera secuestrado la semana anterior. Tuvo lugar finalmente en la calle frente a la sede de la Policia Federal bahiense, ubicada a dos cuadras del centro de la ciudad.
En el procedimiento intervino además el perro Yatel, del adiestrador Marcos Herrero, que actúa como perito de parte, designado por la mamá de Facundo. Tras la revisión oficial y luego de realizar una toma de olor de un par de medias del chico, el animal comenzó a inspeccionar el auto, un Toyota Etios, dominio OMP782.
El fiscal Santiago Ulpiano Martinez ordenó medidas para precisar los “saltos extraños” en la georreferenciación del patrullero 20160 luego de que el 8 de mayo se detuviera, durante 35 minutos, a unos 800 metros del sitio Cola de Ballena, ubicado en el distrito vecino de Villarino. Allí donde el 15 de agosto tres pescadores divisaron un cuerpo esqueletizado, cuya autopsia realizada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) determinó que se trataba de Facundo.
Según Herrero, “realizó una marcación muy determinante” respecto de una eventual presencia de Facundo en ese vehículo. Describió que su perro inspeccionó tanto la parte delantera como trasera del habitáculo, la que rascó hasta romperla. “Cuando pasó al baúl, volvió a marcar la parte de atrás del mismo asiento. Allí enloqueció y por transportación del olor, volvió a adelante, siempre marcando”, comentó el adiestrador, que es policía en la provincia de Río Negro.
“Inspeccionó los dos habitáculos, primero el de adelante, donde hizo una marcación y enseguida se pasó al asiento de atrás. Literalmente casi lo destruyó, rascándolo y mordiéndolo. Luego se abrió el baúl y cuando entró se dirigió a la parte de atrás del mismo asiento. Después se enloqueció mucho y volvió, por transportación del olor, al asiento de adelante y siguió marcando», agregó.
«Como perito de parte y como guía del perro yo identifico que, más allá de que haya o no manchas de sangre u otro material genético de Facundo, el perro identificó olor a Facundo en ese vehículo», concluyó Herrero. Y confirmó que probablemente el viernes continúen peritajes a otros móviles.
GL
FUENTE; CLARÍN