(Por Carolina Papandrea para Ciudad Noticias): Lejos quedó aquel 18 de marzo cuando frente a los ojos críticos de un país entero Alberto Fernández anunciaba el inicio de la cuarentena y, desde entonces, arrancamos una cuenta regresiva que hoy parecería no tener fin.
Así, los quince días se convirtieron en un mes; pasamos las pascuas, cambiamos las juntadas con amigos por reuniones virtuales, se agregaron otras dos semanas, celebramos el día del trabajador y toda la familia bailó al ritmo de los Tik Tok. Mientras, algunos, que todavía no perdieron el sentido del humor -ni la cabeza-, siguen bromeando con la apertura, recién, para navidad. Quién se encarga del vitel toné?
La realidad es que ya hace varios días que la gente está cansada del confinamiento y queda demostrado en las calles, donde cada vez hay más y más circulación, a pesar de las advertencias, los permisos y las prohibiciones.
Esta semana, más exactamente el viernes, alcanzamos el pico máximo de infectados, con un registro de 240 casos nuevos, desde que el virus “originado en China” tocó suelo argentino, pero a mi parecer, la peor noticia llegaría más tarde con el anuncio del presidente.
Entre elogios al pueblo, palabras que semejaban “endulzar los oídos” de aquellos que están más arrabiados con las consecuencias de la pandemia y para que el decreto no hiciera explotar “la bomba por el aire”, se informó la tan esperada apertura progresiva, exceptuando el AMBA. Boom!
A pesar de manifestarme a favor de la política que se tomo en Argentina desde el inicio del COVID19, siento que la curva que se está buscando “aplanar” está aplastando la economía de casi todos los sectores del país, que, bajo la limitación del trabajo, no están generando dinero. Pero aunque suene ambiguo, a la vez soy consciente de que, de a poco, tenemos que dejar de buscar todas las soluciones en el Estado y empezar a ser responsables al momento de salir de casa; porque claramente no estamos para hacer de cuenta de que “aquí no ha pasado nada” y eso es lo que más temen tanto los epidemiólogos como quienes nos gobiernan.
Por eso, en mi opinión, es momento de replantear familia por familia un nuevo estilo de vida, hasta que todo esto pase, gracias a una vacuna, medicación o lo que sea..
No es un capricho, estamos atravesando un momento histórico a nivel mundial. Y no, no se trata sólo de Argentina, sino del mundo entero.
Por último, dado que en las últimas horas el tema de debate es la comparación entre Suecia y Noruega, los invito a recapacitar en las similitudes y diferencias que nos separan de los suecos y noruegos COMO SOCIEDAD, antes de exigir las mismas medidas -buenas o malas- que se están tomando del otro lado del Atlántico.